Sunday, December 30, 2007

Incitacion a una decapitación

Este es mi regalo para ustedes en esta ocasión tan especial del año. Lo mas bello y valioso que puedo ofrecerles. Mis palabras, mis historias. El pedazo de mi cerebro que desde niño me pedian.

A algunos de ustedes les parecera una mariquera este email. Sobretodo viniendo de mí, ajaja. Quizá no lo entiendan pero no importa, siempre nos llegan cadenas con saludos amistosos y vaina, pero no me tomo nunca la molestia de reenviarlas a menos de que sea una vaina bien de pinga. Hoy simplemente decidí aprovechar estas celebraciones del año para escribirles un sentido saludo a la gente que he conocido jeje.

Con la mayoría de ustedes no he tratado mucho (con alguno que otro ni siquiera he tratado directamente). No nos conocemos mucho tampoco y quizá no hemos compartido mucho. Pero hemos compartido y eso es lo que a mi me importa. Usteden saben que yo estoy medio loco, y le doy mucho valor a las cosas. Muchos de ustedes no se imaginan cuanto significan para mi, aún aquellos de los que no necesariamente tengo una buena opinión. Pero lo que una persona es, es independiente de lo que significa en tu vida.

Yo nunca me he sentido como 'aquí pertenezco, estoy entre los míos', y la gente tampoco me percibe mucho como perteneciente a su clica. Tranquilos, siempre ha sido así, soy extraño de nacimiento y es para mí una gran fortuna (sí, también tiene sus malas vainas pero tengo el masoquismo y visión suficientes para tripearmelas la mayor parte del tiempo). En cuanto a ustedes, no sé que opinión tendrán unos u otros de mí, puede ser buena o no tanto, pero eso es irrelevante en lo que concierne a esta carta. Les escribo porque me los tripeo. Son tan parte de mi historia como yo lo soy de las suyas, y eso es un lazo tan fuerte, tan irrompible, que no creo que pueda deshacerse. Amig@s o traidores, simples conocid@s o amantes, adoradores o detractores, estamos en este peo juntos, aunque cada quien esté en su peo a la vez.

Tengo recuerdos de cada uno de ustedes ¿se dan cuenta de lo arrecho que es eso? Dicho de otra manera diría que existe almacenada en algun lugar de mi mente y mi cerebro una imagen (o más) de ustedes asociada(s) a diversos instantes de realidad que compartimos. Hemos disfrutado, hemos maltripeado, whatever... hemos compartido.

Quizá precisamente por mi extrañeza es que aprecio tanto el compartir con la gente (con todo lo hermitaño que soy) porque aunque como dije, nunca me siento entre los mios, y admito que muchas veces la gente que me rodea no me inspira sentimientos gratos, el mero encuentro con otra mente es algo tan peculiar (podría decir psicótico y estupendo, pero sería muy ambiguo y perturbador) para mí, que es para tripearmelo; y como es poco lo que logro realmente compartir con otros, lo poco que comparto con otros lo disfruto bastante, así sea una tontería.

Es por eso que decidí escribirles sin importar si somos muy cercanos o apenas hemos cruzado palabra. Es una cuestion meramente de un ser humano en reunion con otros, mostrando un poco de como es por dentro a otros. Cada quien tome de la experiencia lo que pueda y quiera. Para algunos esta carta puede ser nula, o bien puede ser perturbadora, reflexiva, conmovedora, o cursi. Eso se debe en gran parte a que ustedes son un grupo conformado por personas distintas con distintas percepciones del mundo y por lo tanto de mi. Y eso es lo curioso porque si cada persona es percibida de manera distinta por distintas personas, es porque lo que percibimos no es necesariamente quien es esa persona, sino nuestra relacion con ella. Este es mi pana, esta es mi jeva, este es el culo que me estoy tirando (o que me quiero tirar), este es el doctor que me está atendiendo, el indigente tirado en el piso muriendose y obstaculizando mi paso, el profesor que me está dando clases, el jefe que me está pagando (y ladillando), el cabron que de vaina hace que me choque, mi abuela, mis primos, el protagonista de la novela de las 9 del canal 666, juan pablo II, cristobal colón, jesu cristo, hitler, cantinflas. Somos personas, que significa literalmente mascaras. Y en ese nivel es que normalmente nos manejamos. De alguna manera caemos en eso de que 'nadie conoce a nadie', no porque las mascaras con las que nos identificamos no sean reales, sino porque son meros roles. La persona verdadera está intimamente oculta, en la conciencia de cada uno de nosotros. Es algo así como una morrocoya. Quizá por eso resulta tan perturbador cuando alguien se muestra más allá de su rol, porque yo tambien me sentiría perturbado si viese una morrocoya fuera de su caparazón. ¿Pueden imaginarse como se siente una morrocoya sin caparazon? Es como si no tuvieramos piel sino todos los musculos y venas expuestos. Es como para lanzarse en una piscina de alcohol.

En fin, solo me queda por decirles que se les aprecia, y desearles una gran travesía. Espero volver a compartir con ustedes alguna vez.

Gracias, y hasta la próxima.


Abraham C.
Ciudad, XXXI dec, 3141592653589793238462643383279517688832838 A.T.


Abraham envió su último correo desde el pequeño terminal provisto para tal fin. Se levantó, caminó hasta la guillotina y puso su cabeza en el marco. Mientras la guillotina descendía, despertaba en su mente un recuerdo muy lejano, su primer recuerdo, el día más hermoso y feliz de su vida, a partir del cual empezó a tener memoria. Pero justo cuando lo iba a recordar con claridad, la guillotina sesgó su cuello y en sus últimos instantes solo vio como el mundo giraba y giraba y se acercaba cada vez más hacia su rostro hasta golpearlo violentamente. Como era costumbre en las celebraciones de estas fechas, los niños se turnaban pateando la cabeza del psicópata ejecutado a ver quién la llegaba más lejos. El ganador era paseado en hombros por Ciudad, y tendría un año lleno de salud y abundancia.

FIN

Escrito por Jacob Noriega, el 30 de diciembre de 2007, como obsequio a toda la humanidad y muy especialmente a aquellos que estan en su mente. Muchísimas gracias, sin ustedes este pequeño cuento no existiría.

El título, es en homenaje a la novela "Invitacion a una decapitación", escrita por Vladimir Nabokov. Aunque no la he leído, quise escribir esto inspirado en lo único que conozco sobre ella, el título.